Lo que aprendimos cuando la IA se topó con la realidad de los negocios

28 julio 2025

En 2018 iniciamos con entusiasmo un proceso de transformación digital. Teníamos casi todo: consultores, un plan ambicioso, incluso tecnología y presupuesto en el roadmap. Pero bastaron un par de semanas para que la ilusión se encontrara con la realidad: líderes que preferían los reportes impresos, equipos que seguían usando papel en lugar de nuevas plataformas, y una frase que escuché más de una vez: “Esto lo hacíamos más rápido a la antigua”.

Ese fue mi primer gran aprendizaje: la transformación digital no empieza por la tecnología, empieza por las personas.

¿Por qué transformar no es simplemente digitalizar?

Hoy, hablar de transformación digital ya no es una opción: es una necesidad. Pero existe un error común que muchas organizaciones siguen cometiendo: confundir digitalización con transformación.

Digitalizar es pasar del papel a la nube.
Transformar es cambiar la forma de pensar, operar y competir.

La inteligencia artificial, el big data, la automatización, no sirven de nada si no hay una cultura organizacional que los entienda, los adopte y los conecte con el propósito del negocio.

La «deuda digital»: una presión cada vez más real

Tal vez sientes que no estás haciendo lo suficiente frente a gigantes tecnológicos que nacieron con un ADN digital. Airbnb, por ejemplo, revolucionó la industria hotelera sin tener una sola propiedad. Empresas como estas nos enfrentan a una realidad incómoda: o nos adaptamos, o nos quedamos atrás.

Pero aquí viene la buena noticia: no tienes que empezar desde cero. La transformación digital ha ocurrido en olas, y entenderlas te puede dar perspectiva sobre por dónde comenzar.

Las cuatro olas de la transformación digital

1. El cliente en el centro

Empresas empezaron a personalizar experiencias usando big data y herramientas de IA, buscando hacer sentir único a cada cliente.

2. El dato como el nuevo oro

Se consolidó el valor de ser una organización “data-driven”, usando datos para optimizar logística, ventas, atención y más.

3. La innovación abierta

Las compañías entendieron que la creatividad también está fuera de sus paredes. Invertir en startups o colaborar con otras organizaciones se volvió una fuente clave de innovación.

4. La era de la hiperautomatización

La automatización robótica (RPA) y la inteligencia artificial generativa permiten hoy automatizar tareas de principio a fin, incluso aquellas que antes necesitaban intervención humana.

Tres pilares para una transformación digital real y sostenible

1. Las personas y el talento: el verdadero corazón del cambio

Capacita, pero también escucha.
Atrae talento no solo con salario, sino con desafíos reales y propósito claro.
Recuerda que la resistencia al cambio muchas veces es miedo, no desinterés.
La transformación debe estar liderada por el CEO. No puede quedar solo en manos del área de TI o innovación.

2. La estrategia: atreverse a pensar diferente

La innovación no es una función, es una actitud.
Pregúntate: ¿cómo puedes vender, entregar o comunicar de forma distinta?
Ejemplos como el #VolvoContest nos muestran que la creatividad puede superar incluso presupuestos limitados.
La pandemia demostró que la adaptabilidad es una ventaja estratégica. Hasta los hoteles se reinventaron como espacios de coworking.

3. La tecnología: tu caja de herramientas, no tu fin

No digitalices la complejidad. Simplifica antes.
Usa la tecnología para entender mejor al cliente, no solo para automatizar tareas.
Conecta herramientas como sensores, Wi-Fi, IA y CRM para crear experiencias personalizadas.
Integra la ciberseguridad desde el inicio. Proteger tus datos es proteger tu reputación.

¿Cómo medir el éxito de tu transformación digital?

No se trata de contar cuántos proyectos lanzaste o cuántas herramientas compraste. Se trata de medir impacto real en el negocio:

¿Redujiste tus tiempos de operación?
¿Mejoró la experiencia del cliente?
¿Retuviste o perdiste talento?
¿Lograste ahorrar costos o aumentar ingresos?

Una Oficina de Transformación Digital puede ayudarte a alinear objetivos, métricas e iniciativas con una visión clara y resultados tangibles.

Reflexión final: lo que realmente transforma

Después de estos años, si algo tengo claro es esto:

La inteligencia artificial sola no transforma empresas. Lo hacen las personas.

Personas que aprenden, que se adaptan, que encuentran propósito en el cambio.
Tecnologías hay muchas. Plataformas, miles. Pero lo que verdaderamente diferencia a una organización que evoluciona de una que se estanca, es la capacidad de integrar esa tecnología con una cultura que la entienda y la potencie.

La tecnología no sustituye el liderazgo.
Ni reemplaza la visión.
Ni suplanta la empatía.

Transformar no es instalar. Es acompañar. Es escuchar. Es liderar.

¿Te gustaría seguir la conversación?

Estamos construyendo espacios donde líderes y equipos puedan compartir experiencias reales sobre cómo están transformando sus negocios con IA.
Escríbenos o comenta: ¿Cuál ha sido tu mayor desafío en este camino?

Comenta